Parece mentira que en un mundo civilizado como el nuestro aún existan
personas que maltraten a los animales. Pero las hay. Y si no que le
pregunten a Kayne, un perro que hasta hace unos días vivía en el refugio
Breasta en Craiova (Rumanía). En el vídeo, podéis ver como el animal
grita y llora de miedo mientras le acarician.
Al principio el animal se asusta e intenta zafarse (escaparse o esconderse) de las caricias, pero
cuando observa que nadie quiere hacerle daño, la cosa cambia por
completo. En el vídeo podéis ver el "antes" y el "después". Ahora Kayne
vive en un apacible hogar rodeado de mimos y custodiado por una amante
de los animales. Un bonito final feliz.
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