Las antenas les sirven para orientarse, detectar peligros, oler la comida, etc. pues son sensibles a la humedad y al calor. Comen sobre todo hierba, pero también hojas y frutos de las plantas que mastican muy bien con sus mandíbulas.
Tienen ojos de los llamados “compuestos”, es decir que en realidad son muchos ojos pequeñitos unidos, por lo que ven como si fuera a través de una red como les pasa a muchísimos insectos.
Respiran también como suelen hacerlo los insectos, gracias a unos
agujeritos que tienen por todo el cuerpo y que comunican con unos
pequeños tubos por los que circula el aire.
Tienen el oído al principio del abdomen, donde hay una membrana o “tímpano” que les permite oír los sonidos del ambiente.
Debajo de las alas de fuera, que son más duras, hay otro par de alas que son casi transparentes y suelen tener color, con las que pueden volar durante algunos segundos, suficientes para escapar. También sirven para que otros saltamontes vean sus colores y sepan la especie de su colega. Por tener este tipo de alas se llaman “ortópteros” que significa “alas rectas”.
Tienen el oído al principio del abdomen, donde hay una membrana o “tímpano” que les permite oír los sonidos del ambiente.
Debajo de las alas de fuera, que son más duras, hay otro par de alas que son casi transparentes y suelen tener color, con las que pueden volar durante algunos segundos, suficientes para escapar. También sirven para que otros saltamontes vean sus colores y sepan la especie de su colega. Por tener este tipo de alas se llaman “ortópteros” que significa “alas rectas”.
Hay saltamontes migradores, las famosas “langostas” que pueden volar
durante horas y recorrer grandes distancias pudiendo alcanzar
velocidades de más de 3 km/h. Cuando esos miles o incluso millones de
langostas llegan a un sitio lo invaden y se comen todos los vegetales
siendo una verdadera “plaga”.
A los saltamontes también se los comen otros insectos como las mantis y
algunos escarabajos, así como las hormigas cuando son pequeños, casi
recién nacidos. Les gustan también a las ranas, a las arañas, a las aves
(sobre todo codornices y alondras), a los erizos, a las musarañas y a
algunas rapaces como el cernícalo, el ratonero, etc.
Los saltamontes machos deslizan la doble hilera de pequeñas espinas que
tienen en la tibia (segunda parte de la pata) sobre el fémur (primera
parte) para emitir unos sonidos con los que atraen a las hembras.
Una vez que se ha producido el acoplamiento la hembra pone los huevos
debajo de la tierra (a unos 3 cms.) gracias a su “perforadora” en forma
de cuchillo que se llama “ovopositor”. Luego los envuelve con saliva
que se endurece y forma una cápsula que se llama “ooteca”. Esto sucede a
fines del verano o en otoño y poco después, al llegar los primeros
fríos, los adultos mueren pero las crías nacerán en primavera, en
abril.
Son de color blanquecino y en pocos minutos se liberan del huevo pero
corren el riesgo de ser devoradas por las hormigas. Si consiguen
sobrevivir pasarán de ser larvas a adultos en unas seis semanas. Los
saltamontes realizan mudas igual que las serpientes: al cabo de unas
seis ya se consideran adultos y dentro de un par de semanas más estarán
preparados para reproducirse.